Republicanos españoles, la nueve y la liberación de París.1º. XXXVI.

Publicado: 22/01/2011 en Uncategorized

Sargento Dominguez.El nombre de “La Nueve” fue asignado popularmente a la 9° Compañía de la 2° División Blindada de la Francia Libre, conocida también como la División Leclerc;  estaba formada  por unos 150 republicanos españoles bajo mando francés, también estaban enrolados y dispersos otros soldados de origen español en diversas compañías.

 Origen .

El 24 Junio de 1940 el III Reich vence a Francia e impone el Armisticio tras una campaña de 40 días. En los puertos del Africa Occidental Francesa en Marruecos, Argelia y Senegal  miles de refugiados se amontonaban en los muelles, había muchos exiliados republicanos españoles de la Guerra Civil Española huidos debido al triunfo de Franco.

La Francia de Vichy  desconfiba de los republicanos españoles izquierdistas, no los deportó, pero les obligó a elegir entre prestar trabajos forzados en la metrópoli, enrolarse en la Legión Extranjera Francesa o ser repatriados voluntariamente.

Muchos españoles se  enrolaron en la Legión Extranjera uniendose al movimiento de la Francia Libre de Charles De Gaulle en 1940, aprovecharon la ocasión para continuar, su lucha contra el fascismo. Tras los desembarcos aliados del 8 de noviembre de 1942, las autoridades de la Francia Libre instauradas en Argelia crearon el Corps Franc D’Afrique; un cuerpo regular destinado a combatientes no franceses y formado en gran parte por españoles.

Los españoles combatieron contra los restos del Afrika Korps compuesto por tropas alemanas e italianas, en Diciembre de 1942 en Túnez. Durante la primera mitad de 1943 los republicanos españoles lucharon con ardor en los riscos y desiertos arenosos de Túnez, el 7 de Mayo de ese conquistaron la ciudad portuaria de Bizerta, su última actuación en Africa.

La División Leclerc blindada nace en mayo de 1943 bajo mando del general Philippe Leclerc de Hauteclocque en el Chad centroafricano, actuando en apoyo a la Francia Libre,compuesta por 16.000 hombres, a inicios de 1943 unos 2.000 eran españoles.

Después que la Francia Libre tomó el control del Norte de África, los republicanos españoles integrados en las tropas francesas tuvieron la opción de escoger entre la División Leclerc (ya veterana de la Francia Libre) o las fuerzas del general Henri Giraud (formada por numerosos leales a Vichy que recientemente habían cambiado de bando), ante esta situación la gran mayoría de españoles escogió la unidad de Leclerc.

Muchos soldados españoles pensaban que  más tarde serían  el núcleo de un renacido ejército republicano español, esperanza nunca  concretada, y continuaron sirviendo como tropa extranjera adscrita a la Francia Libre. Se les permitió bordar en sus uniformes franceses la antigua bandera tricolor republicana.

La División Leclerc se llamó oficialmente “2° División Blindada” y su 9ª Compañía fue más conocida como “La Nueve” o “La Española”, al mando de Raymond Dronne.

La mayor parte de los españoles  eran socialistas, anarquistas, del POUM catalán , apolíticos hostiles a Franco, unos pocos comunistas y desertores de campos de concentración marroquíes y argelinos.

Verano de 1943. Los aliados dominan el Norte de África y piensan en la invasión de Europa. De Gaulle desea, una moderna División Acorazada para ser la primera en entrar en París.

En Septiembre de 1943 la División Leclerc fue transferida a Rabat en Marruecos, allí se la dotó de armamento procedente de los Estados Unidos: 160 tanques Sherman M4, 280 carros de combate Stuart M3 y Greyhound M8, camiones Dodge, GMC, Brockway, Diamond y también muchos jeeps.

Nombres españoles que les dieron a los tanques “Madrid”, “Guadalajara”, “Teruel”, “Belchite”, “Brunete”, “Ebro”, “Don Quijote”, “España Cañí”, “Les Cosaques” y “Guernica”, además algunos nombres franceses como “Montmirail”, “Champaubert”, “Liberation” o “Romilly”.

Veteranos anarquistas intentaron nombrar a un carro de combate como su fallecido líder Buenaventura Durruti, pero los franceses no lo permitieron, por lo que le pusieron “Le Pingöunis”.Aunque si se les permitió pintar la bandera de la Segunda República Española.

 El capitán francés y sus huestes.

Dronne.El capitán Raymond Dronne se unió a de De Gaulle en contra de la rendición .Participó en la  “Francia Libre” en Camerún, como teniente en la reserva. Acompañó a Leclerc en su gesta africana, resultó herido en la batalla de Ksar Rhilane y  conoció el triunfo de los aliados en Túnez convaleciente de sus heridas en Egipto.

Sin recuperarse, volvió al campamento de Djidjelli, en Argelia, Leclerc formaba la Segunda División Blindada, unidad militar llamada con su propio nombre.

En fase de constitución, Leclerc reunia elementos para su objetivo, con unas bases: sus integrantes  a falta de franceses de origen, serian de raza blanca. Se consideraba mal que la liberación de Francia, fuese obra de los soldados africanos.

Se pensaba que los tiradores senegaleses no se adaptarían a la guerra en Europa, ni serían capaces de desenvolverse con el armamento americano puesto a disposición de Leclerc. Había que “blanquear” la antaño multirracial “Columna Leclerc”.

La lealtad de Dronne hacia Leclerc era compensada con confianza de éste al capitán. Al regreso de Dronne, Leclerc le entregó el mando de una de las compañías que formarían el Tercer Batallón De Regimiento de Marcha del Chad (RMT), unidad  que constituiría la infantería mecanizada que acompañaría a lo carros de combate de la División, como el modelo estadounidense.

Estaría formada por voluntarios españoles del exilio republicano, y por “pieds noirs” franceses de origen español, familias que llevaban más de una generación instalados en el norte de África.

Le advirtió que era una compañía especial:” Esos hombres dan miedo a todo el mundo, pero son buenos soldados. Usted se las apañará. ¿De acuerdo?”

Dronne pensaba que Leclerc, le había hecho este encargo por dos razones. Una, porque los españoles, muy motivados políticamente, sólo aceptarían como mando a un “francés libre”  no a algún “petainista” que hubiese “chaqueteado”recientemente. La otra, porque hablaba algo de español, estudó unas semanas en España  años atrás.

El exilio llevó a numerosos republicanos españoles hasta el norte de África francés. Algunos habían llegado  a la “andaluza” Orán desde España al finalizar la Guerra Civil en el Stambrook, barco que salió de Alicante el 28 de marzo de 1939 con 3.500 personas cuando las tropas franquistas se disponían a tomar la ciudad.

En ese barco viajaron, Amado Granell y Federico Moreno, futuros teniente y sergentchef, respectivamente, de La Nueve y de su 1ª sección. Su destino sería el campo de trabajo de Moran, cerca de Boghari, en Argelia.

Otros habían  pasado por Francia en la derrota de 1940, algunos habían pertenecido a la Legión Extranjera, la que permaneció leal al régimen de Vichy,  de la que desertaron,  otros escaparon de la España franquista y unos cuantos se habían alistado en los Corps Francs d’Afrique, creados por el general Montsabert para la campaña de Túnez; como el  Capitán Buiza, antiguo almirante de la Marina Republicana Española  o del Teniente Antonio Van Baumberghen Clarasó .

El primero de ellos mandará la 9ème compagnie del III batallón del Corps Franc, conocida como “l’Etrangère”, antecedente directo de “La Nueve”. Sus hombres provienen de los campos de internamiento, y abundan lo ex legionarios de los orígenes más diversos.

Otro personaje que aparece entonces es el capitán Joseph Putz, que manda la 11e compagnie. Oficial de la reserva, conoció las trincheras de la guerra 1914-1918 y desarrolló una intensa labor en la guerra de España, mandaba la XIV Brigada Internacional, conocida como “La Marsellesa”.

Putz, designado comandante del III Batallón del RMT será uno de los hombres clave en la historia de La Nueve y de toda la 2e DB.

Se decidió que el capitán fuese un francés, y su adjunto en el mando, un teniente español. Aspirantes  al mando además debían mostrar dotes para ello y  un coraje acreditado. Dronne, con un brazo en cabestrillo y apoyado en un bastón, parecía un oficial “del frente”.

Además, Dronne despertó las simpatías de los españoles, con un español rudimentario les habló del “gobierno provisional de la República francesa”.

Los anarquistas predominaban en la Tercera Sección de la Compañía, los socialistas y republicanos moderados  en la Primera y Segunda, los comunistas eran  pocos. Pese a las diferencias políticas, el sentimiento unitario antifascista los unía. Eran combatientes experimentados lo que les convertía, en cuerpo de élite en relación a los inexpertos reclutas que se adhirieron a la 2e DB.

El mando de la 2e DB aceptó, que los españoles llevasen una insignia con los colores de la bandera republicana con el asentimiento del jefe de batallón: Putz había combatido bajo esa bandera durante la guerra civil, lo que le costó sinsabores con la oficialidad francesa.

El carácter español de la compañía fué tanto que, el castellano era el idioma “oficial” de sus miembros y la 9ème compagnie de combat du RMT pasó a ser conocida por todo el Regimiento, usando nuestro idioma, como “La Nueve”.
 
El primer teniente, adjunto al mando fue Antonio Van Baumberghen Clarasó. Le correspondía por veteranía ( pasó por los Corps Francs d’Afrique), Dronne siempre le tuvo estima. Admiraba su “castellanidad” su sentido del honor y  su formación intelectual, adquirida en la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos.

Su capacidad intelectual era razón de desconfianza en la tropa, formada por rudos combatientes de origen miliciano, aceptar mal a alguien tan diferente a ellos…y además español. Cuando hubo desavenencias, el comandante Putz trasladó a “Wamba” (como era conocido Van Baumberghen) a la C.H.R., o compañía de abastecimientos del batallón.

Amado Granell Mesado, ocupó su lugar, también veterano del Corps Franc . Con cuarenta años, ya había pasado por la Legión a los veintipocos años y la Guerra Civil, desde el Batallón de Hierro hasta el mando de la 49 Brigada Mixta, pasando por intentos de creación de unidades motorizadas de ametralladoras. Sintonizaba bien con la tropa, era flexible y conciliador.

Dronne le tuvo  máximo respeto, aunque no fue generoso con su papel en la liberación de París, según algunos habría sido más importante que el del propio Dronne.

Granell fue el teniente de La Nueve hasta finales de noviembre de 1944, enfermo y agotado fue sustituido por el teniente francés Dehen. Fue de los pocos supervivientes de La Nueve que regresó a España, donde falleció el 12 de mayo de 1972 en accidente de tráfico.

En la Primera Sección de Combate  mandaba  el sous-lieutenant Montoya,  antiguo oficial de carabineros, cuerpo mimado por Negrín. Tenía diferencias con los otros oficiales españoles, y  se afianzó en el mando a lo largo de la guerra, llegó a comandante de la Legión finalizada ésta.

El adjunto de Montoya era el ser-gent-chef Moreno, Drone lo calificaba de : hombre calmoso, de juicio mesurado, lúcido y valeroso sin ostentación. Madrileño y tipógrafo, seguramente socialista.

Miliciano de hora temprana, comprendió la necesidad de la disciplina, la organización, y fue seleccionado para seguir cursos de formación militar. Fué jefe de estado mayor de la 67 Brigada Mixta, y otro escapado de Alicante a bordo del Stambrook.

También estaban Gualda, mecánico de Granada, que se dormía al volante; Zubieta, de Almería, boxeador campeón de España y tonelero.Y Lucas Camons, andaluz, jefe de half-track y del cañón anticarro que manejaba con maestría el gallego López Cariño, hizo saltar cinco vehículos alemanes en la batalla de Ecouché.

Éste último se fugó de España, desde Alicante, a bordo de una “patera” de la época. Finalmente Luis Royo, alias “Julián Escudero”, conductor del “Madrid”, ex legionario y, actualmente, memoria viva de “La Nueve”.

La Segunda Sección de Combate estaba mandada por el sous-lieutenant Michel Elías, un pied noir de origen español. Su adjunto, el que llegaría a ser adjudant Garcés, era un zaragozano llamado  Martín Bernal, matador de toros con el sobrenombre de Larita II, prisionero de los franquistas, se escapó a Francia.

Se le exigió alistarse al ejército francés, él creyó que embarcaba en un buque de la marina: para él, “l’armée” era la Armada, la Marina; protestaba porque jamás  había subido en un barco. Acabó en la Legión.

Martín Bernal aparece en numerosas fotos de “La Nueve” , probablemente él mismo las proporcionó. Tipo alto y grande,  de coraje tranquilo, con humor y gentileza”, diría  Dronne.

En la Segunda Sección, también estaban “Fernandel”, llamado así por parecerse al actor francés del mismo nombre, y “El Gitano”, que nunca habló una palabra de francés, y después de la guerra vendía helados en los Campos Elíseos.

En la Tercera Sección de Combate mandaba el canario Miguel Campos , el preferido de Dronne (“era un fenómeno, un coloso”, diría de él), probablemente el mejor combatiente de La Nueve. Anarquista, como la mayoría de los componentes de su sección. Había llegado a Oran desde España, al final de la guerra, y también estuvo en los Corps Francs d’Afrique.

Trajo a “La Nueve” muchos españoles de la Legión Extranjera que desertaron para unirse a la unidad “española”. Nombrado adjudant-chef y obtuvo el mando de la, sobre cuyos miembros ejercía un gran liderazgo.

Jefe con iniciativa, sangre fría, audacia, astuto y rápido de reflejos para tomar decisiones. Se internaba en solitario tras las líneas enemigas “au couteau et à la grenade”, como dijo un veterano que le conoció, para dar golpes de mano contra la retaguardia alemana.

Motivado como militante anarquista, existe una leyenda, coincidente con el testimonio de Dronne; dice que, hacia finales de 1944 creó un “cuerpo franco” personal con varios españoles adheridos secretamente a “La Nueve”, en un half-track conseguido de los estadounidenses en un incidente que relata el propio Dronne, recogieron armamento para hacerlo llegar a la guerrilla antifranquista.

Desapareció el 14 de diciembre de 1944  en el curso de una de sus misiones en solitario, al no encontrarse su cuerpo se dijo que había vuelto a España para incorporarse a la guerrilla,o que se había instalado en el norte de África…El caso es nunca más se supo de él.

Campos formaba “sociedad” con otro anarquista, el sergentchef “Fábregas”, su adjunto al mando de la sección. Su  nombre era David Ramón Etarict (según otras fuentes, Etoriot, o Estarit), les unía un fuerte afecto personal. Dronne afirma que Campos no volvió a ser el mismo después de que su amigo “Fábregas” muriera, el 14 de octubre de 1944, durante una patrulla de combate.

Según el capitán, “Fábregas” era hijo de un industrial catalán, educado en Gran Bretaña (hablaba muy bien inglés), en la guerra se había adherido al anarquismo como un miliciano más.

Cultivado e inteligente como “Bamba”,  hacía del desaliño personal una seña de identidad. “De momento, soy un soldado. Ya cuidaré mi aspecto cuando vuelva a ser civil” . Se refería a su ideología anarquista en términos melancólicos: “La personas son siempre víctimas de las opiniones que han tenido a los veinte años”, decía.

“Fábregas” era su “nombres de guerra” , como otros muchos  pretendían, salvaguardar a las familias si se eran capturados, o  eludir problemas del pasado inmediato. Algunos se negaron a posar en la famosa foto en la que aparece La Nueve casi al completo, en Inglaterra.

Otro famoso miembro de la Tercera Sección era Johann (también llamado “Juan”, “Juanito” o “Jean”) Reiter. Alemán antifascista, su padre fué oficial del ejército del Káiser, luego ejecutado por los nazis. El mismo Johann fué cadete en Munich durante la República de Weimar.

Contaba que se había alistado en la Legión Extranjera, donde fué secuestrado por suboficiales alemanes, llevado a su país y encarcelado. Se evadió, volvió a la Legión, fue desmovilizado y entonces fue a España, al comenzar la Guerra Civil empezó como miliciano y acabó como oficial del Ejército Popular.

Al final de la guerra llegó a Oran, internado en el campo de Moran , terminó alistándose en los Corps Francs d’Afrique. Terminada la guerra , estuvo en Indochina, y hay quien asegura que existe una entrevista con él realizada por TVE en los años setenta.

Anécdotas sobre los españoles:

 

Sentían pasión por la baraja, que acompañaban sobre la mesa con el cuchillo o la pistola, y también, en exceso, por los relojes de los prisioneros enemigos. Aunque eran generosos y solidarios, hacían colectas a favor de las viudas o las madres de sus camaradas muertos.

Carecían de espíritu militar, incluso antimilitaristas, eso no les impedía ser “magníficos soldados, guerreros valerosos y experimentados” como reconocería su capitán. Dice Dronne en “Carnets de Route”:

“Se habían enrolado con nosotros, habían abrazado nuestra causa espontánea y voluntariamente, porque era la causa de la libertad. Eran, Verdaderamente, combatientes de la libertad.

Bastantes  cayeron. Sus tumbas jalonan la ruta gloriosa y dolorosa que siguieron desde Normandía a Berchtesgaden; los supervivientes tuvieron el orgullo y la satisfacción de terminar la guerra en el santuario del nazismo.

Las bajas, fueron cubiertas por jóvenes franceses, sobre todo en los combates de Los Vosgos y Alsacia. Los veteranos  acogían a los reemplazos como a sus hijos. Los formaron, los protegieron, les instruyeron sobre el terreno y les adoptaron. Ese no fue el menor de sus méritos.
Los primeros pasos.

La primera etapa les llevaría, por tren, a Bordj Skirat,  rudimentario fuerte marroquí situado entre Casablanca y Rabat a finales de octubre de 1943. El moderno material estadounidense llegó a Casablanca .

La compañía se desplazó a Anfa, donde, bajo la dirección de los ingenieros y monitores del US Army procedieron a montar los vehículos y a aprender su manejo. Después de un mes de aprendizaje básico, volvieron a Bordj Skirat, donde permanecerían hasta la primavera de 1944, convirtiéndose en una unidad de infantería mecanizada.

El RMT fue dotado de modernos half-tracks, vehículos semiorugas de 9 toneladas aptos para desplazarse por todos los terrenos acompañando a los carros de combate, de quienes serían la infantería. Contarían con ametralladoras ligeras y pesadas, morteros de 60 mm, cañones anticarros de 57mm. y bazookas.

La Nueve, en palabras de Fábregas , era ya “una orquesta con buenos músicos y buenos instrumentos. Si hubiésemos tenido eso en España…”

Siguiendo la costumbre francesa de “bautizar” a todos los vehículos, los españoles de La Nueve darán a sus half-tracks los nombres de las batallas de la guerra civil: Teruel, Ebro, Brunete, Madrid, Belchite, Guadalajara..

También otros tópicamente evocadores como Don Quijote, o España Cañí. Y otros franceses como Résistence, Libération, Nous Voilà, les Pingouins. Faltaba el nombre del half-track de mando.

Después de pensar en varias opciones, Dronne  consideraba que sus hombres “parecían una banda de cosacos” ningún nombre mejor, para llamar al semioruga “Les Cosaques”.

A finales de mayo de 1944 la 2e. D. B. es trasladada a Inglaterra . A la espera de saltar a Francia, el entrenamiento continúa en un entorno muy distinto al norteafricano.

El paisaje de York, sus praderas, los “pubs”,la hospitalidad de los británicos, el inagotable avituallamiento de provisiones estadounidenses son novedades absolutas para los españoles. Serán sus mejores días desde que salieron de España.

El 6 de junio se produce el asalto aliado sobre Normandía; el 30 de julio se produce el embarque en Southampton y el 1 de agosto desembarcan en la playa de Utah. La División Leclerc, contando con “La Nueve” se encuadró dentro del III Ejército estadounidense, liderado por el célebre general George Patton.

Normandía.

Tras una tensa espera en el barco que la ha transportado hasta Francia, La Nueve desembarca el 4 de agosto, cantando “La cucaracha” por la lentitud de la  operación. Se ponen en marcha para apoyar a los estadounidenses frente al contraataque alemán en Mortain.  “Wamba” es sustituido como segundo  de La Nueve por Amado Granell.

La 2e. D. B. se organiza, a la manera de los “combat teams” estadounidenses, en tres “Groupements Tactiques”, una organización que recuerda lejanamente a las Brigadas Mixtas de la Guerra Civil: un batallón del RMT acompaña a un regimiento de carros más un grupo de artillería, cazacarros, reconocimiento…

El tercer batallón, al que pertenece La Nueve, será adscrito al Groupement Tactique Warabiot, o G.T.V.

Participan en Rennes, Le Mans, Château-Gontier y un papel muy destacable junto a los soldados estadounidenses en Alençon. El 7 de agosto la 9ª Compañía sufrió su primer muerto en combate, el español Andrés García.

La toma del puente sobre el Sarthe y de Alençon abre camino para que la 2e DB participe en la reducción de la bolsa de Falaise, que supondrá el colapso alemán en Francia.
Bautismo de fuego en Ecouché.

Después de un rápido combate en Vieux-Bourg, en el que La Nueve destruye varios vehículos alemanes disparando desde los halftracks, el 13 de agosto  entran a la carga en Ecouché, destruyendo más vehículos a su paso. El pueblo queda dominado.

El día 14, la aviación estadounidense, vierte “fuego amigo” sobre la Compañía. A la caída de la tarde, el adjudant-chef Campos y el sergent-chef “Juanito”Reiter  se infiltran con dos half- tracks en terreno alemán llegando a un castillo en el que capturan 129 prisioneros, entre ellos un coronel.
 
El día 15 La Nueve es cañoneada por los alemanes…y nuevamente por los americanos; las divisiones alemanas, Waffen-SS Adolf Hitler y Das Reich, las 9ª y 16ª Divisiones Panzer y la 3ª División Fallschirmjäger de paracaidistasse estan listas para atacar. Dronne entiende que con sus efectivos no podrá defender Ecouché y  ataca antes de ser atacado.

Protegido por el fuego de los morteros asalta las posiciones alemanas, allí en un duro combate encontrará la muerte el sergent-chef Constantino Pujol, abatido por la ráfaga de la metralleta de un oficial alemán, su compañero Juan Castells le vengó disparando con su pistola al alemán hasta matarlo.

Fué herido también su hermano, Fermín, Luis del Águila y el veterano prusiano Poreski.

El contraataque sorprendió a los alemanes, aún así mantienen el cerco y el cañoneo durante el 17 de agosto. En la tarde de ese día, después de un nuevo intento de infiltración alemán, Campos dirige un violento contraataque contra un numeroso grupo de SS durante el que Roberto Helio morirá a causa de las heridas recibidas.

Los días 18 y 19 el II Ejército británico de Bernard Montgomery llegó a la zona y lanzó un contraataque salvando a los soldados españoles de una masacre.

Han sufrido 7 muertos y 10 heridos graves, pero ha sido un éxito táctico. Los españoles realizaron una misa en la iglesia de Eccouché en honor de los caídos, muchos de los republicanos que en la guerra de España habían sido anticlericales se habían vuelto católicos.

 Hacia París.

La Nueve descansa en Ecouché hasta que el 23 de agosto, a las 6 de la mañana, se da la orden de salida  destino  París,  ocupación rehusada por los aliados  por razones logísticas, después es aceptada por las presiones de De Gaulle y, por la sublevación popular.

La Nueve, junto a otras unidades de su División, sale desde la localidad de Limours a las 7 hs. del 24 de agosto de 1.944 en dirección a París, vía Arpajon-Longjumeau-Antony, por la carretera nacional 20.

A las 8 hrs. encuentran resistencia ante Longjumeau. Una sección de La Nueve, con  apoyo blindado de su inseparable 501º Regimiento de Carros de Combate (R.C.C.), acaban ocupando un puente sobre el río Ivette.

A mediodía se llega al suburbio de Antony y allí se reanuda la lucha. El eje del avance se desborda, y con maniobras envolventes se liquidan los obstáculos y se destruyen o capturan varias piezas de artillería alemana. Encuentran fuerte resistencia frente a la prisión de Fresnes. Sin embargo, la ruta hacia París está abierta por el Este.

Dronne recibe un mensaje del coronel Billotte, se le ordena volver con sus tropas al eje del avance, cerca del cruce de la población de Croix-de-Berny. El Capitán hace repetir  varias veces el mensaje.

 No  cree esta orden que, finalmente, acata. De regreso a la carretera general, los habitantes  salen a recibir a las tropas. El enemigo aún combate sobre la ruta y se producen bajas civiles.

Llegando a Croix-de-Berny, la 1ª sección de La Nueve es enviada para ayudar a destruir un “88” alemán. Esta sección, mandada por el sergent-chef Moreno, ya que su jefe natural, el andaluz sous-lieutenant Montoya, había resultado herido en una escaramuza anterior, queda apartada temporalmente de La Nueve.

Dronne entra en la población con el resto de la compañía, precedido por al semioruga del lieutenant Granell que se encuentra directamente con el jefe de la 2e. D.B., el general Leclerc. Éste se halla en una acera, apoyado en su famoso bastón, que emplea desde que sufriera hace años un accidente hípico. Está nervioso y de muy mal humor.

Ha llegado hace poco tiempo en su scout-car y ha sido informado por la tripulación del avión Piper-Cub, que la división emplea en tareas de observación, de la angustiosa situación que se vive en el interior de París. 

Leclerc ordena  a Dronne que marche a París con lo que tenga a mano. Imagina el efecto que la llegada de la columna puede tener en la moral del pueblo parisino sublevado, y quiere que la 2e DB  entre en París antes que los estadounidenses.

Según el español Jesús Abenza, Leclerc dijo: Soldados de la Francia Libre o combatientes extranjeros por la libertad de Francia. Vuestra División, que se ha cubierto de gloria en miles de acciones, debe ser la primera en entrar a París.

Porque sé que no retrocederéis y que tendréis en alta estima el honor de la División y el honor de las Fuerzas francesas libres, os doy la orden, a vosotros, la 9ª compañía de voluntarios extranjeros, de ir a la cabeza de las fuerzas y de ser los primeros en liberar París.

La leyenda de La Nueve.

Dronne organiza lo que queda de La Nueve y completa su columna con la disminuida sección de carros medios del lieutenant Michard, del 501º R.C.C., También consigue una sección de ingenieros, mandada por el adjudant Cancel.

Un paisano guía a la columna. Atraviesan Fresnes, continúan por L’Hay-les-Roses, Cachan, Arcueil y Kremlin-Bicetre a través de calles libres de obstáculos o indicadas por la población como expeditas.

A las 20,45 se alcanza la Puerta de Italia. El jeep de Dronne pasa a la cabeza de la marcha.La plaza se encuentra llena de personas que, al escuchar el estruendo de los vehículos, huye aterrada pensando que son alemanes.

Durante  el recorrido reciben muestras de entusiasmo de la población. Las defensas del fuerte de Bicetre no abren fuego al paso de la tropa.

De pronto alguien grita: “Son americanos” y las tropas se ven rodeadas de una muchedumbre que, literalmente, enloquece al grito de: “Los franceses, son los franceses”, al comprobar su verdadera identidad. Una alsaciana, ataviada con su traje típico, destroza el parabrisas del jeep de mando al saltar sobre él.

Durante unos minutos es el delirio. La columna no puede continuar la marcha y Dronne duda sobre donde dirigirse. Realmente la pequeña fuerza que manda no tiene más que un poder simbólico dentro de la situación que le rodea, militarmente hablando.

Resuelve entonces dirigirse al ayuntamiento: El Hotel de Ville ha sido punto neurálgico en todas las insurrecciones acaecidas en París. El Capitán se pregunta por el itinerario a seguir, al desconocer la situación de las barricadas y el desarrollo de los combates.

Entonces aparece , subido en una pequeña motocicleta, el armenio Dikran que se ofrece como guía hasta el nuevo objetivo. Asegurando conocer la ruta correcta, arranca a la cabeza de la columna, que se abre paso como puede.

Sobre el jeep de Dronne continúa subida la alsaciana. Los vehículos se lanzan tras la motocicleta. Recorren calles que quedan desiertas al paso de los blindados, que los parisinos creen alemanes, y que se vuelven a poblar cuando alguien reconoce a los soldados y lanza el repetido grito de “Franceses, son los franceses”. Cruzan al Sena por el puente de Austerlitz y continúan a lo largo de los muelles de la orilla derecha hasta su objetivo.

Al entrar en la plaza del ayuntamiento el tanque español “Ebro” efectuó los primeros disparos contra un nutrido conjunto de fusileros y ametralladoras alemanas, después los civiles salieron a la calle cantando La Marsellesa,

Por fin, a las 21,22 horas se detienen ante el Hotel de Ville. Comienza a anochecer. La alsaciana baja del vehículo. Dronne ordena transmitir un mensaje de radio: “Misión cumplida. Estamos ante el Hotel de Ville” y hace hincapié ante su aislamiento y la necesidad de progresión sobre París.

Se despliega el destacamento y los vehículos en defensa de erizo alrededor del ayuntamiento, y se dan órdenes ante un posible contraataque. La gente empieza a llegar, lo invade todo, abraza a los soldados, grita, impide el despliegue.

Amado Granell comentaba: La población civil se abalanzaba sobre nosotros. Vivas, aplausos, aclamaciones. Siempre besos y siempre flores. Las botellas de buen vino francés se vaciaban sobre nuestras cabezas a manera de bautismo pagano.

Los primeros combates en las afueras fueron duros, pero los soldados de la 2ª División Blindada de la Francia Libre, que combatían sin dormir desde hacía dos días y dos noches no pudieron ser frenados por los núcleos de resistencia alemanes.

Tras llegar al Ayuntamiento, Amado Granell fue entrevistado por la Radio de París, se entrevistó igualmente con la Resistencia francesa, con Georges Bidault, presidente del Conseil National de la Résistance (CNR) y futuro presidente de la República Francesa (quien había convertido el Ayuntamiento en cuartel general de la insurrección) y con el coronel Rol, antiguo miembro de las Brigadas Internacionales que había luchado en la Guerra Civil española.

Una fotografía de los tres encabezaba la edición del 25 de agosto del diario Libération, con el titular, en letras gruesas, de ILS SONT ARRIVÉS! (ya han llegado). También habló con el resto de miembros de la Resistencia parisina: Daniel Mayer, Joseph Laniel, Georges Marrane y Léo Hamon.

Un periodista francés, Pierre Crenessé, que entrevistaba en directo para la radio clandestina en el Ayuntamiento a uno de los soldados franceses llegados a la ciudad, al introducir en la entradilla de la entrevista a un francés de pura cepa, venido de muy lejos para liberar la madre Patria, se oyó responder: Señor, soy español, directamente en castellano.

Las campanas de París comienzan a sonar. Primero aisladas, luego, docenas de ellas, lograrán acallar cualquier otro sonido. La noche transcurrirá en una calma expectante.

Dronne ha tendido su saco de dormir en la acera, junto a su jeep y al half-track de mando. En la oscuridad escucha a un grupo de sus hombres, instalados en un lateral del Ayuntamiento. Cantan “El paso del Ebro”, y su estribillo, tan conocido, simboliza más que otra cosa el color de la jornada. “¡Ay, Carmela, ay Carmela!”.

Al ser los primeros en entrar en París, los españoles de La Nueve han dado forma a una pequeña y romántica leyenda de la Segunda Guerra Mundial. París ha compensado esa noche, en parte, los años de exilio y penalidades. Dronne, se dirigió frente a la comandancia del general alemán Dietrich von Choltitz para requerir la rendición.

Mientras esperaban la rendición, tomaron al asalto la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y la Plaza de la Concordia tras sufrir un muerto. A las 3:30 horas de la tarde del 25 de agosto la guarnición alemana de París se rindió y fueron los soldados españoles quienes recibieron como prisionero a Von Choltilz.

El Estado Mayor alemán fue hecho prisionero por los españoles con uniforme francés Francisco Sanchez -sevillano-, el aragonés Antonio Navarro y Antonio Gutiérrez, que se hallaban a las órdenes de Amado Granell.

Von Choltilz  se entregó al extremeño Antonio Gutiérrez; en principio se negaba a rendirse a un soldado sin charreteras de oficial, Gutierrez solo le dijo: Soy español.

Se rindió porqué aunque contaba con una guarnición de 20.000 hombres, eran soldados mal equipados y pertenecientes a unidades desconectadas (unidades administrativas, por ejemplo) dotadas de un débil valor combativo; contaba con 80 carros de combate, algunos botín de guerra de la batalla de Francia del verano de 1940, como algunos obsoletos Renault FT-17, lo mismo que sucedía con la artillería de que disponía.

El grueso de la 2e DB entra en París y se despliega por la ciudad eliminado los focos de resistencia alemana y tomando los puntos neurálgicos. La Nueve combate en la rue du Temple limpiando la central telefónica, y en los combates es gravemente herido el sous-lieutenant Elías.

 En una escaramuza en la Plaza de la Concordia murió José Barón Carreño, Robert, uno de los líderes de la dirección del Partido Comunista de España en París. Al final del día París está bajo control y La Nueve se reagrupa frente al Hotel de Ville.

Al día siguiente, el 26 de agosto, las tropas aliadas entraron triunfantes en París, los españoles desfilaron frente a la Catedral de Notre Dame y posteriormente escoltaron al general Charles De Gaulle por los Campos Elíseos.

Los soldados españoles de la División Leclerc desfilaron llevando en sus estandartes los colores de la bandera repúblicana española; además una gran bandera repúblicana atravesaba la avenida de los Campos Elíseos. Las posteriores protestas del régimen franquista fueron ignoradas por el gobierno francés.

Amado Granell comentaba:Nos costó más trabajo vencer la admiración de los parisienses que la resistencia alemana.Se calcula aproximadamente en unos 1.500 hombres el número de bajas entre la Resistencia francesa y los civiles caídos en las luchas por la liberación de la ciudad, mientras que las pérdidas de los alemanes fueron de unos 3.200 muertos en los combates y 12.800 prisioneros.

Los días siguientes fueron de descanso para La Nueve, instalada en el Bois de Boulogne, convertido en campamento militar donde los españoles recibieron la visita de otros compatriotas exiliados, y cariñosas parisinas con las que compartieron gratos momentos.

La historiografía francesa, seguida por la mayor parte de los historiadores, eludió el tema de la participación de los exiliados republicanos españoles refugiados de la Guerra Civil Española; hasta que en el año 2004 la Alcaldía de París rindió público homenaje a dicha participación, incluyendo la colocación de una placa en su recuerdo.

La placa se encuentra en un muro junto al río Sena, en el Quai Henri IV, y fue inaugurada el 24 de agosto del 2004 por Bertrand Delanoë, alcalde de París, en presencia de Javier Rojo, presidente del Senado de España y de una delegación de políticos españoles que posteriormente rindió homenaje a los supervivientes españoles de la Liberación de París.

Se bautizó una vía de la Liberación con el recorrido seguido por La Nueve. Asimismo fue destacada la presencia de republicanos españoles en la Resistencia de París. Charles Tillon, resistente parisino que luego fue destacado político y ministro francés, la calcula en unos 4.000 españoles.

Secundino Serrano, sin embargo, recoge estimaciones actuales más reducidas, del orden de unos 500 republicanos en la Resistencia parisina.

http://www.archive.org/details/LaLiberationdeParis1944. Video de la Liberación.

 

 Hacia el Mosela.

El 8 de septiembre de 1944 la 2e DB se pone en marcha hacia el este y el 12 de septiembre alcanza Andelot, donde resiste un millar de alemanes.

Se les da un ultimátum, que rechazan, entonces Billotte, decide atacar con dos de sus “sous-groupements”: en su dispositivo, que partirá  desde la carretera de Clermont, están las secciones de Campos, Garcés y Montoya, por separado y contando cada una de ellas con una sección de carros del 501 Regimiento de carros de combate.

La infantería se pone en marcha con una protección artillera tan potente que rápidamente los alemanes comienzan a rendirse, a pesar de que sus posiciones son sólidas y bien escalonadas. Hay alguna resistencia, que producirá bajas, como la del sergent-chef Morillas de la 3ª sección, y un par de carros.

La sección de Montoya captura los anticarros responsables de estas pérdidas, y el conjunto de la compañía hace más de 300 prisioneros, amén de causar numerosas bajas a los alemanes.

Esa misma tarde la compañía se desplaza hasta Vittel. Los días siguientes son de avance contínuo salvo por la presencia de algunas piezas de artillería, que son rápidamente destruidas. En una de estas refriegas caerá gravemente herido el soldado Antonio Almendro, que morirá a las pocas horas.

En Mattaincourt, Campos y sus hombres capturan sin disparar un tiro 91 prisioneros, y cuando, creyendo que el pueblo está vacío, penetra Granell en su half-track, se encuentra con doscientos alemanes formados detrás de su coronel y listos para la rendición.

La Nueve se divide en varios destacamentos para afrontar el paso del Mosela. El día 15 las secciones de Montoya y de Campos lo atraviesan.

La batalla de Châtel, comienza el 16 de septiembre. Esa mañana Granell ataca Vaxoncourt por la derecha, con dos carros y un half track, mientras que Campos lo hace por la izquierda, infiltrándose con tres semiorugas. Descubren numerosos enemigos, por lo que Granell organiza un cauteloso dispositivo de defensa, bien camuflado.
 
A las cinco de la tarde se ven movimientos de la infantería alemana y ruido de carros, a lo que sigue un ataque en toda regla. Los hombres de Campos les dejan aproximarse hasta que, ya cercanos, abren fuego contra ellos a corta distancia causándoles muchas bajas y provocando su retirada.

Ante el avance de los carros alemanes , Campos repliega sus cuatro half-tracks hasta donde se encuentra la sección de Montoya, que cuenta con el apoyo de varios Shermans.

A la caída de la tarde, se desencadena el ataque principal de los alemanes. Las ametralladoras de La Nueve abren fuego y, especialmente Reiter, causan cuantiosas bajas al tomar en enfilada filas enteras de asaltantes.

Por contra, un obús alemán de grueso calibre impacta al halftrack del sergent José Díez, hiriéndole gravemente y matando al soldado Bernardo Benítez.

Díez morirá en el hospital poco más tarde. La presión enemiga se acentúa, Dronne hace venir desde Nomexy a dos half-tracks de la 2ª sección (Garcés).

A la derecha del dispositivo de La Nueve el cabo Luis Cortés maneja un bazooka con el que consigue, después de varios intentos, inmovilizar un Panther. La tripulación del carro responde desde la torreta y le hiere gravemente.

La noche va cayendo, pero hay claridad y los españoles pueden divisar a los alemanes mucho mejor que éstos a sus enemigos. El anticarro del sergent Lucas Camons consigue  otra presa, un Mk IV, o quizás otro Panther. En la radio, se escuchan con nitidez las órdenes de los alemanes.

 Dronne encarga a Reiter que se entere bien de lo que quieren, y así logran saber que pretenden tomar Châtel a toda costa y por el flanco izquierdo de La Nueve.

A pesar de la pérdidas, los alemanes intentan remolcar los carros puestos fuera de combate, pero los morteros de 60 mm, los Sherman y los anticarros se lo impiden. El ataque alemán queda completamente dislocado.

La nueve ha tenido dos muertos (el cabo Juan Cañero y el soldado Bernardo Benítez) y 7 heridos evacuados : el sous-lieutenant Vicente Montoya, los sergents Ricardo Bellver y Fermín Pujol, el cabo Pierre Detenger y los soldados Vicente Alsina, Ramón Izquierdo y Nicolás Gómez. Detenger y Pujol se niegan, no obstante, a ser evacuados.

El éxito defensivo de La Nueve se ve oscurecido por la orden de repliegue al otro lado el río, que es recibida con indignación. Además de renunciar al éxito táctico, la operación es arriesgada y deja a su suerte a los habitantes de Châtel. Pero la orden se ejecuta y La Nueve sin que los alemanes se aperciban.

El 18 de septiembre la orden es apoyar al sousgroupement Cantarel, que debe intentar la recuperación de Châtel. La Nueve se encargará del flanco sur del ataque, dejando sus vehículos en Nomexy y atravesando el río a pie.

El agua les llega por el pecho, y está muy fría. Por la derecha, la 2ª sección de Garcés (recordemos, es en realidad Martín Bernal) remonta el río.

En el centro, la sección de Campos se instala en un viejo “château” y a la izquierdo Moreno, con la 1ª sección, se sitúa más en vanguardia.

 Châtel ha vuelto a ser tomado con extrema facilidad, y el día 19, a pesar de algunos ataques alemanes, rechazados por la sección de Campos, los persistentes bombardeos y los problemas de suministro, la situación se consolida.

Se ordena entonces ensanchar la cabeza de puente, y La Nueve se articula en tres destacamentos, mandados respectivamente por los capitanes Branet y Dronne y por el teniente Granell. La infantería parte a pie, puesto que los half tracks aún no han cruzado el río.

El avance es eficaz, aunque, ya de noche, el destacamento de Granell se enfrenta, en Vaxoncourt, a varios intentos de infiltración de los alemanes que derivan en violentos combates.

El balance general es bueno, aunque La Nueve ha sufrido once heridos graves: el sergent-chef Martín Bernal y los soldados Antonio Corto, Julián Escudero (Luis Royo), Miguel Sánchez, Miguel Águila, José Núñez, Juan García, López Castillo, Adolfo Pérez y Martín Iglesias, así como dos leves, Antonio Morales y Camille Girard.

Ver fotos de XXXVI. Republicanos españoles, la nueve y la liberación de París.1º »

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